Café Steiner

El 29 de septiembre de 2011 abrí un nuevo blog: Café Steiner, «un blog de ideas y análisis, un espacio en el que compartir aquellas pistas que llaman nuestra atención, que nos señalan caminos inéditos, que nos ayudan a entender lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Así pues, en «A golpe de azul» seguiré colgando mis columnas semanales en el Diario ELPAIS, que no suelen estar abiertas a comentarios, y que podéis recibir por suscripción. Mientras,. la idea de Café Café Steiner es llevar a los lectores de EL PAIS «las mejores ideas que producen los expertos de los centros de pensamiento nacionales e internacionales, los análisis más brillantes y agudos que lee la gente más influyente y mejor informada, los libros y artículos que están dando que hablar, los conceptos que se están abriendo camino y los debates en los que se encuentran inmersos los que están a punto de tomar las decisiones que marcarán nuestro futuro».

¿Por qué Café Steiner? «En un momento en el que Europa se llena de «verdaderos finlandeses», «verdaderos holandeses», y «verdaderos eslovacos» (por citar sólo algunos), parece obligado reivindicar a los «verdaderos europeos». Son gente como George Steiner que representan lo mejor que este continente y su cultura se han dado al mundo y a sí mismo. Judío de orígen austríaco, nacido en Francia, emigrado a Estados Unidos, afincado finalmente en el Reino Unido, la biografía de Steiner representa a la perfección la biografía política y humana de la Europa del siglo XX

Llegué a Steiner a través de su ensayo, «Una idea de Europa«, (Madrid, Siruela 2005). En su momento, no presté mucha atención a ese libro pequeñito en el que los prólogos y presentaciones ocupaban más que el texto que anunciaban. Pero cuando estaba completando el último capítulo de mi libro «La fragmentación del poder europeo«, lo recuperé, y encontré en Steiner la cita ideal con la que terminar con una nota esperanzada y orgullosa un libro que habla del «fin del sueño europeo». Decía allí Steiner: «Es una tontería suponer que Europa vaya a rivalizar con el poder económico, militar y tecnológico de Estados Unidos. Ya Asia, especialmente China, lleva camino de superar a Europa en importancia». Europa sólo se salvará, concluía Steiner, si persevera en aquello que mejor ha hecho, crear pensamiento , pensamiento en valores, pensamiento científico, pensamiento humanista y cosmopolita.

Esa gran conversación creadora de ciencia y valores al mismo tiempo, señalaba Steiner, había sido posible en una Europa con una singularidad: sus cafés. «Europa es ante todo un gran café repleto de gentes y palabras donde se escribe poesía, conspira y filosofa». De ahí la combinación de «Café» y «Steiner», un feliz hallazgo cuyo mérito es exclusivamente atribuible a un buen amigo, David Rennie, que durante muchos años fue Charlemagne, el corresponsal de The Economist en Bruselas, un hombre que semanalmente ha arrojado chorros de luz y fina ironía sobre la opacidad y falsa pretenciosidad que a veces domina la vida bruseliana. Con David he compartido muchas pistas y análisis, sin saberlo entonces, muchos «Cafés Steiner».

Ahora invito a los lectores a tomarse muchos «Cafés Steiner» conmigo. Café Steiner es un espacio, y como tal está abierto a los lectores. Su buzón (cafe.steiner at gmail.com) está abierto a los lectores que quieren compartir sus descubrimientos, compartir sus mejores pistas. Buscamos el mejor argumento, el que inclina la balanza de la discusión, y el mejor análisis, aquel que cambia los parámetros de la discusión. Al fin y al cabo, como diría Steiner, Europa es un buen café, y también una buena idea.